Primavera es la mejor estación para el mercado laboral español: arranque de la temporada alta turística, obras que empiezan por el buen tiempo, contratos para las sustituciones veraniegas y, en ocasiones, Semana Santa. Esa combinación impulsa siempre el empleo. Aunque hasta ahora no se había elevado nunca hasta los cerca de 470.000 trabajos que se han creado entre abril y junio. Y eso que este año Semana Santa cayó casi toda en marzo.

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Ese empuje ha acelerado el avance del empleo, que llevaba un tiempo frenando. Este fenómeno se aprecia mejor en la comparación anual que en la trimestral. Así en el último año el empleo ha crecido un 2,8%, según la encuesta de población activa (EPA) divulgada por el INE. Ese tirón sorprendió a los expertos, que esperan buenos datos pero no tanto. BBVA Researh hablaba en su análisis de “mayor ímpetu del esperado”. La predicción conjunta de Asempleo, patronal de las grandes empresas de trabajo temporal, y AFI se quedó corta: calculaban una subida trimestral de algo más de 400.000 empleos.

La buena marcha del empleo tuvo correspondencia en el paro. La tasa se redujo en más de un punto porcentual, hasta el 15,28%. Esto se debe a que el número de desocupados se redujo en 306.000 personas. No obstante, el dato sigue siendo alto, mucho, para un país desarrollado y pone a España frente al espejo de su problema más persistente en los 40 años de democracia.

Que se haya creado más empleo de lo que ha bajado el paro tiene una explicación: ha aumentado con fuerza el número de personas en edad y disposición de trabajar, es decir, la población activa. Este ha sido uno de los talones de Aquiles de la recuperación en los últimos trimestres. Pero entre abril y junio, ha mostrado un vigor desconocido en años: ha crecido en 164.000 personas. Habrá que esperar a las siguientes ediciones de la EPA para observar si se confirma el cambio de tendencia apuntado ahora.

Uno de los datos más positivos es el de horas trabajadas. Entre todos los ocupados, trabajaron casi 650 millones de horas. Esto supone un incremento anual del 5,3%. Es el mayor aumento de todos los años de recuperación y todavía lo hace mejor el hecho de que casi toda la Semana Santa se celebró en el primer trimestre del año y dejó el segundo sin el tirón del puente.

Que el incremento en horas trabajadas sea significativamente mayor que el de puestos de trabajo es un claro síntoma de que mejora la calidad del empleo. En la salida de esta crisis, la mayor que ha sufrido España en muchas décadas, la precariedad y el subempleo han mostrado un vigor mayor que en otras ocasiones. Ahora, cuatro años largos después de que haya comenzado la recuperación, empiezan a verse síntomas de que esto empieza a cambiar.

Se mantienen los temporales Al importante aumento de horas trabajadas, hay que añadir otros hechos. Por ejemplo, el peso del empleo temporal no ha crecido en el último año. En la primavera de 2017 la tasa de temporalidad, siempre más alta en las estaciones centrales del año, se situó en el 26,8%, la misma que este año. Hasta el trimestre pasado esta tasa crecía con fuerza, llegando a situar a España como el país con más temporales de la UE. Ahora, al menos se ha frenado esta subida.

También cede terreno el empleo a tiempo parcial. Esta modalidad de trabajo representa ahora el 15% del mercado laboral, tres décimas más que en el mismo mes del año anterior. Abunda en la misma dirección la reducción del subempleo y la de quienes trabajan media jornada porque no pueden hacerlo durante todo el día.

En el análisis por ramas de actividad, el Banco de España destaca que “el repunte en la creación de empleo en el segundo trimestre refleja el mayor dinamismo en la construcción y en las ramas de servicios, mientras que la ocupación se moderó en la industria”. El regulador también subraya “el buen comportamiento [...] de las ramas de servicios de mercado”, es decir, el sector privado, que ha creado 457.800 puestos de trabajo del total de 469.900 del último trimestre.

“Este mayor dinamismo del mercado laboral [...] viene a compensar los resultados menos favorables del primer trimestre”, apunta CEOE en su valoración. La patronal, además, demanda que se hagan reformas estructurales “dado que la tasa de paro es todavía elevada”. Por su parte, los sindicatos, UGT y CC OO, pusieron el foco sobre la calidad de los trabajos. “La mitad del empleo creado es empleo temporal y atiende actividades estacionales”, subrayó Unai Sordo, líder de CC OO. También Pepe Álvarez, de UGT, puso el foco en la estacionalidad y apuntó que aunque los datos son positivos “los deberes en relación con el empleo están por hacer”.

Solo dos comunidades tienen menos del 10% de tasa de paro

Al mercado laboral español le está costando mucho regresar al punto de partida en el que comenzó la crisis. Cuando empezó, hace más de una década las comunidades con una tasa de paro por encima del 10% eran la excepción y ninguna superaba el 20%.

La situación ahora es muy diferente. Solo dos comunidades autónomas tienen menos del 10% de su población activa desocupada: Aragón y Navarra. En cambio, tres (Andalucía, Canarias y Extremadura) superan el 20%.

Ya el año pasado hubo una comunidad que bajó de la tasa del 10%, Baleares. Fue en el tercer trimestre, pero al acabar el verano volvió a subir. Es probable que en el trimestre próximo, Baleares, que tiene ahora el 11,2%, vuelva a bajar de esa tasa. También es fácil que eso suceda en País Vasco y La Rioja.

También se espera que en el trimestre que viene la tasa de paro de toda España baje del 15%. Esto traerá consecuencias sobre algunas medidas extraordinarias aprobadas durante la crisis y cuya vigencia está sujeta a que no se baje de ese nivel. La existencia de algunas ayudas, del contrato creado en la reforma laboral que permite el despido gratis el primer año o que los contratos de formación puedan firmarse por quienes tienen entre 25 y 30 años dependen de eso.