OIT (19.10.2017) En un nuevo informe conjunto, CEPAL y OIT indican que en el contexto de un bajo crecimiento económico regional las condiciones laborales se deterioraron, aunque existen algunos signos de recuperación.
El bajo crecimiento económico mostrado por los países de América Latina y el Caribe en los últimos años seguiría afectando el desempeño de los mercados laborales de la región durante 2017. Según las últimas estimaciones, la tasa de desempleo urbano regional podría ubicarse en 9,4% en el promedio del año, lo que representa un alza de 0,5 puntos porcentuales con respecto al 8,9% anotado en 2016, señalaron hoy la CEPAL y la OIT en un nuevo informe conjunto.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dieron a conocer la última edición de su publicación conjunta Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe (N⁰ 17, octubre 2017) , en la cual resumen el comportamiento laboral de la región durante el primer semestre del presente año y analizan las características de la transición de los jóvenes –uno de los grupos más afectados por el deterioro laboral- del sistema educativo al mercado laboral.
Según ambos organismos de las Naciones Unidas, durante la primera mitad de 2017 se apreciaron dos tendencias: si bien se mantuvo el deterioro de algunos indicadores laborales, como las tasas de ocupación y desempleo, al mismo tiempo se constata un menor ritmo de este deterioro, lo que podría indicar “la luz al final del túnel”.
Las cifras entregadas en el reporte muestran una disminución de la tasa de ocupación urbana (proporción de la población en edad de trabajar que se encuentra ocupada) de 0,3 puntos porcentuales y un aumento de la tasa de desempleo urbano de 0,9 puntos entre el primer semestre 2016 y el mismo período de 2017.
El informe agrega que, al igual que en los años anteriores, la tendencia de la región está influenciada particularmente por el débil desempeño del mercado laboral brasileño, aunque después de varios años de contracción, para 2017 se proyecta un leve crecimiento económico en ese país y sus indicadores laborales están empezando a estabilizarse. En los otros países de la región, el desempeño de los mercados laborales ha sido más favorable en general, especialmente en América Central, indica.
CEPAL y OIT señalan que la debilidad de los mercados laborales de la región también se refleja en la calidad del empleo. En seis de ocho países con información disponible, la creación de empleo por cuenta propia fue más dinámica que la creación de empleo asalariado durante el primer semestre de 2017. También se constata un estancamiento de la creación de empleo registrado en varios países de América del Sur (Argentina, Chile, Perú, Uruguay), mientras que en América Central y México, esta variable mostró mayor dinamismo. Finalmente, los salarios reales del empleo formal aumentaron en seis países (Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Nicaragua y Uruguay), mientras que disminuyeron en dos (México y Perú).
Con respecto a los jóvenes, el documento explica que este grupo generalmente enfrenta problemas estructurales de inserción al empleo productivo y trabajo decente. “Se comprueba que las trayectorias de transición al mercado laboral en la región son, en general, bastante más largas que en los países desarrollados. En este fenómeno influye en gran medida el comportamiento de las mujeres, quienes desempeñan todavía un papel fundamental en las actividades de cuidado y del hogar”, señalan Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, y José Manuel Salazar, Director Regional de la OIT en el prólogo de la publicación.
El estudio profundiza en el análisis del perfil de los jóvenes que estudian y trabajan según el grupo etario, encontrando algunas diferencias significativas. Por ejemplo, entre los adolescentes de 15 a 19 años hay una gran proporción de jóvenes estudiantes que trabajan para aportar a la economía de su hogar. En cambio, en los subgrupos de 20 a 24 y 25 a 29 años, entre los jóvenes que combinan el trabajo y el estudio, predominan los ya insertados plenamente al mercado de trabajo y que realizan estudios a nivel postsecundario como insumo clave para una trayectoria laboral ascendente.
El documento aborda además los programas y políticas que se han implementado en la región para fomentar una mejor transición entre la educación y el trabajo e incrementar la empleabilidad de los jóvenes. Estos se enfocan tanto en aspectos de la oferta (formación, capacitación, guía de carrera y laboral, subsidio para transporte, cuidado, etc.) como de la demanda (subsidios salariales, incentivos para emprendimiento), así como en la mejora de los sistemas de intermediación laboral.
Las evaluaciones de estos programas encuentran impactos positivos tanto en la empleabilidad como en los salarios, principalmente para los grupos más vulnerables, de menores ingresos y menor nivel de instrucción. Sin embargo, CEPAL y OIT advierten que es necesario avanzar en la recolección de información estadística tanto para analizar aspectos como las diferencias de género o las brechas de cualificación, como para monitorear mejor los programas existentes y realizar evaluaciones de impacto para incorporar los ajustes que sean necesarios.