La buena noticia en diciembre no llegó solo del lado del empleo, también lo hizo del otro lado del mercado laboral: el paro cayó en 50.470 desocupados hasta quedarse en algo más de 3,2 millones de inscritos en las oficinas públicas, el menor nivel desde 2008.

El retorno a la cota de los 19 millones de afiliados se debe en buena medida a que el mercado laboral en diciembre ha vuelto a acelerarse. Esa ganancia de casi 80.000 cotizantes es la más alta desde 2015 y permite que el año acabe con un crecimiento total de 564.000 ocupados en la Seguridad Social, un 3,06% más que en diciembre del año pasado.

Este último porcentaje es el que prueba que la recuperación vuelve a coger algo de fuerza. El mes pasado quedó por debajo del 3%, siguiendo la estela de cierta desaceleración que muestra la economía española. Sin embargo, en diciembre el tirón de la sanidad y el comercio entre los asalariados devolvió algo de vigor y compensó el retroceso de la hostelería. Destaca también el crecimiento en el sistema especial agrario por cuenta ajena, que finalizó con 52.843 afiliados medios más (6,97%), principalmente por las campañas agrícolas como la de la aceituna en Jaén.

2018, como ha sucedido en los años precedentes, vuelve a demostrar la fuerza de la recuperación laboral. Pero también lo profundo de la caída entre 2008 y 2013, esos algo más de 19 millones de afiliados todavía, cinco años después de iniciada la mejora, no suponen recuperar todo el empleo perdido en aquel periodo.

os datos de diciembre vuelven a mostrar que la tendencia de incorporación de la mujer al mercado laboral continúa firme. La crisis apenas la detuvo, la frenó en algunos momentos. Pero una vez volvió a crecer la economía ha retornado con todo el vigor. Ya hace tiempo que todo el empleo femenino que se perdió en la crisis se ha recuperado y las 8,8 millones de afiliadas suponen un nuevo récord.

Otra de esas marcas que hasta ahora no tenían parangón en la serie estadística es la de contratos firmados. En los 12 meses de 2018 se suscribieron casi 22,3 millones, un 3,68% más que en el mismo mes del año anterior. Este crecimiento ha perdido bastante tirón en el último año, comenzó el ejercicio pasado con porcentajes superiores al 7% y en algún momento ha llegado a ir más allá del 10%.

Que se firmen tantos contratos puede interpretarse como un síntoma de la gran rotación y, en consecuencia, precariedad que hay en el mercado laboral español. De esos 22,3 millones de contratos, algo más de 20 millones son temporales, casi el 90%.