Jubilarse en Rusia para seguir trabajando

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El Pais (18.12.2018) Uno de cada cuatro pensionistas del país euroasiático tiene un empleo formal. La reforma de las pensiones está restando popularidad a Putin Rusia tiene una de las edades de jubilación más bajas del mundo desarrollado: 60 años para los hombres y 55 para las mujeres. Algo que, unido a las delgadas pensiones públicas—de media unos 13.323 rublos mensuales (unos 175 euros), según datos oficiales—, han creado un ecosistema de jubilados trabajadores. Como Antonova, 9,25 millones de rusos de los casi 40 que reciben una prestación por jubilación tiene un empleo formal, según datos de la Administración. Es decir, uno de cada cuatro. Aunque la cifra puede ser incluso mayor, como reconocen en el Fondo de Pensiones de Rusia, ya que no todos los empleos necesitan registrarse.

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A Olga Antonova jubilarse le ha alterado muy poco el horario. “Creo que incluso me levanto más temprano”, explica. A sus 67 años, esta mujer alta y enjuta continúa trabajando. Antigua maestra de primaria, ha cambiado las aulas por un empleo en una biblioteca. Con su pensión de unos 14.500 rublos al mes (unos 190 euros) no le llegaba para pagar las facturas, así que cuando se jubiló se buscó un empleo. Intentó seguir dando clases, pero las cosas se complicaron y terminó por encontrar un puesto en la biblioteca en la que lleva ya ocho años. “Empecé a trabajar a los 17 años, así que es obvio que me habría gustado descansar o viajar. Pero bueno, así no me oxido”, relativiza.

Rusia tiene una de las edades de jubilación más bajas del mundo desarrollado: 60 años para los hombres y 55 para las mujeres. Algo que, unido a las delgadas pensiones públicas—de media unos 13.323 rublos mensuales (unos 175 euros), según datos oficiales—, han creado un ecosistema de jubilados trabajadores. Como Antonova, 9,25 millones de rusos de los casi 40 que reciben una prestación por jubilación tiene un empleo formal, según datos de la Administración. Es decir, uno de cada cuatro. Aunque la cifra puede ser incluso mayor, como reconocen en el Fondo de Pensiones de Rusia, ya que no todos los empleos necesitan registrarse.

Estos números sufrirán un parón. A partir del año que viene y gradualmente, la edad de jubilación de los hombres se incrementará hasta los 65 años y la de las mujeres hasta los 60. Se trata de la primera gran medida estructural de calado de este nuevo mandato de Vladímir Putin. Y desde que se anunció en julio, en pleno Mundial de fútbol, la nueva norma ha provocado protestas en todo el país.

Movilizaciones que han obligado al Gobierno a alterar sus planes que en un principio eran incrementar la edad de jubilación de las mujeres hasta los 63 años, resalta Andréi Kolesnikov, analista del Centro Carnegie de Moscú. El objetivo, ha dicho el Kremlin, ahorrar dinero al presupuesto estatal, flexibilizar el mercado laboral y reducir gastos que se orientarán a infraestructuras, salud y educación.

Pero el 82% de la ciudadanía rusa desaprueba el aumento en la edad de jubilación, como revela una encuesta reciente de la Public Opinion Foundation. Y uno de cada tres hombres afirma que teme no vivir para el momento en que le toque jubilarse. Rusia, y sobre todo algunas de sus regiones, tiene una de las esperanzas de vida masculinas más bajas del mundo desarrollado: 71,5 años, según datos globales del Banco Mundial.