El País (28.05.2017) En los países de América Latina conviven diferentes sistemas de seguridad social, desde algunos basados en subsidios públicos, debido a la gran informalidad laboral, otros que se sustentan netamente con los aportes de los trabajadores y regímenes mixtos (como el de Uruguay) que combinan la solidaridad intergeneracional con el ahorro individual. Lo que es común son los desafíos de los sistemas de pensiones a futuro producto del envejecimiento de la población, el escaso ahorro de las familias y los niveles de productividad, entre otros factores.